La adoración es uno de muchos actos donde venimos con gratitud en nuestros corazones dandole gloria y honra a El por todo lo que El a hecho y aún sigue haciendo en nuestras vidas. La adoración genuina implica vivir una vida de obediencia, amor y siempre estar dispuesto al servicio. Es decir, responder a todo lo que somos nosotros y haciendo esto, viviremos una vida donde nos permite tener comunión con el Espíritu Santo.

Cuando venimos adorar a Dios estamos reconociendo la grandeza y su Señorío.
Ademas de demostrar amor por Dios, y compromiso a El, el adorar nos fortalece para obedecer Sus mandamientos y a la misma vez crecemos en conocimiento y fidelidad.

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“Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que lo adoren.”
‭‭Juan‬ ‭4‬:‭23